Las aguas subterráneas son aquellas que están situada por debajo de la superficie del suelo, esta suele ser bastantes consistente en términos de calidad y fiabilidad más contienen nivel superiores de sales en comparación a las aguas superficiales y además su extracción es algo más complicada.
La extracción de aguas subterráneas se realiza con ayuda de pozos de agua. La características del agua de un pozo está influenciada por el tipo de roca permeable por dónde el agua se infiltra antes de llegar a los niveles de rocas impermeables donde el agua se acumula formando los acuíferos. Estas infiltraciones provienen de las precipitaciones o de las aguas superficiales.
En la cercanía a los ríos el agua de rio puede infiltrar en los acuíferos. Estos acuíferos son más estables con respecto a la fiabilidad de la cantidad de agua acumulada más la composición es más variable.
Un pozo de agua consiste en una perforación vertical del suelo que permite la explotación del agua de los acuíferos. Cuando hoy en día se habla de pozos en realidad nos referimos en la mayoría de veces a los sondeos, la cual sería le designación correcta. En el pasado de llamaban pozos solamente a las perforaciones de gran diámetro, poca profundidad y mayoritariamente excavadas manualmente. El termino sondeo se utilizaba para las perforaciones realizadas con maquinaria de diámetro pequeño y gran profundidad. Hoy en día, el termino pozo es utilizado en su mayoría para los sondeos dirigidos a la explotación y el termino sondeo es mayoritariamente utilizado para los “sondeos” de investigación hidrológica. Por esta razón utilizamos en este documento para los sondeos de explotación el término pozo.